El almendro en el arte I

Debido a su temprana floración y su fragilidad, el almendro ha cautivado al ser humano a lo largo de la historia. Como símbolo del renacimiento de la naturaleza y de la  delicadeza,  muchos artistas se han visto atrapados en su contemplación y le han regalado su arte y su poesia.

Flor de almendro. Hokusai

Katsushika Hokusai .  Fué un pintor y grabador japonés inscrito a la escuela de Ukiyo-E que durante el periodo Edo realizó gran numero de obras inspiradas en la naturaleza y el mundo rural. Sus composiciones son equilibradísimas como este grabado del almendro, lleno de fuerza y fragilidad a la vez.. Su serie  del monte Fuji y de la Gran Ola de Kanagawa le dieron fama dentro y fuera de Japón, siendo de gran influencia para los impresionistas franceses, como Vincent Van Gogh (1853-1890) que tambien se dejó atrapar por  la naturaleza del  almendro. A comienzos de marzo de 1888, Vincent comienza a interesarse por los almendros en flor. Su nueva vida en Arles, rodeado de naturaleza y la alegría por el nacimiento de su sobrino, le llevó a plasmar su emoción en lienzos dulces y llenos de esperanza con un marcado estilo japonés. Se sumergió tan profundamente en este estudio , que tras finalizarlo cayo en una crisis de varios meses. Le escribe a Theo, su hermano..
"El trabajo resultó bien; el último cuadro fueron ramas en flor. Ya verás, de mis trabajos es quizás el que he pintado con más paciencia y mejor, con mucha calma y pinceladas más seguras"

.

V. Van Gogh. 1888

"Ramas de almendro en flor". V. Van Gogh. 1890

V. Van Gogh. 1888

V. Van Gogh. 1888

Al contrario que Van Gogh, Pierre Bonnard (1867-1947) , fué un artista reconocido en vida. Influenciado tambien por el Japonesismo pintó con gusto hasta sus últimos momentos a pesar de su edad avanzada. Todos los años sin faltar uno, Bonnard se emocionaba con la primavera, y la última que vivió fue excepcional. El almendro que crecia bajo la ventana de su habitación en su casa de Le Cannet floreció aquel año para él. "Nunca un árbol se atavió con un ropaje más suntuoso esa primavera, como si quisiera prometerme dias de dulzura". Su pintura sencilla y luminosa, nos recuerda esta lección de felicidad fundamental: Ni en el futuro, ni el pasado, sino en el presente de la vida.

"El almendro en flor".Pierre Bonnard. 1947